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XXV.AMP APARATO

Existen dos figuras que se encuentran en las antípodas y nos asaltan cuando escuchamos la palabra “aparato”. Podríamos tirar de lo global y entender el aparato en términos de dispositivo. Si ahondamos por esta vía, deberíamos de analizar las redes que se tejen entre las órdenes, discursos, instituciones, leyes o autores que prevalecen en el sistema artístico y fijarnos en sus capacidades y poderes para regular nuestras vidas. Pero también podemos entender “aparato” desde el doméstico, como el teclado que estoy pisando mientras estoy escribiendo este texto o la pantalla que proyecta la lectura del mismo. 

 

La traducción al euskera nos salvará de meternos en camisas de once varas y de todas las traducciones posibles, elegiremos la palabra "gailu" que vendría a significar “herramienta”. 

 

La exposición XXV.AMP GAILUA/APARATO, se configuró en torno a los dibujos de Nadia Barkate y los objetos de carácter instalativo de Pepo Salazar. 

 

Nadia trajo a Okela una gran cantidad de carpetas llenas de dibujos que por el trazo y la poética se intuía que podrían ser realizados en una misma época y que por tanto, indicaban ser una artista de gran producción. La imaginé dibujando compulsivamente mientras me mostraba todos los dibujos uno a uno. También trajo consigo un aparato o dispositivo: un aerógrafo que vierte pintura en spray y que se conecta a un compresor. Su intención: dibujar un mural en la cámara de Okela. 

 

Gracias a las indicaciones en formato PDF junto con las numerosas conversaciones telefónicas París-Bilbao, hemos ido descifrando y entendiendo cómo construir las piezas de Pepo Salazar. Aunque la época vaya acorde con este tipo de procesos no vamos a negar la extrañeza que nos genera procesos de producción a distancia. 

 

Pues los pasos que dimos en el montaje fueron los siguientes: Pepo proyectó una idea de lo que quería mostrar en Okela, él nos indicó qué objetos conseguir y cuáles construir y una vez  reunidos todo los ítems, el montaje se fue dando a través de las aplicaciones de teléfono con cámara. Sin su presencia física, sin una experiencia real con las obras.

 

Un siglo atrás el artista Moholy-Nagy produjo una pieza de porcelana enviando unas coordenadas por teléfono. Esta pieza se enseña en las academias de arte, probablemente por el procedimiento de elaboración antes que por la propia pieza. En estos tiempos atravesados por las tecnologías, no será un teléfono el responsable de que una obra se inserte en la historiografía del arte pero es innegable que los medios, los aparatos, tienen una especie de autoridad para afectar en los procesos de producción y que por tanto, la autoridad del artista se verá obligado a entablar una negociación con con la autoridad de ese ente de mediación. 

20/05/2021
10/06/2021

Nadia Barkate
Pepo Salazar