Mi trabajo se centra en el campo experimental de la pintura y tiene como origen el propio proceso del sujeto creador.
Siendo la tradición una transmisión que se da de generación en generación, podemos decir que la memoria es la base de la tradición. Consideramos la memoria como elemento fundamental de dicha transmisión. En este contexto, esta obra podría ser entendida como una reflexión acerca de la memoria que recibimos de nuestros padres.
AITA 2.0 es una obra plástica de carácter escultórico contenedora de memoria. Una memoria particular que guarda el recuerdo de un pasado agrícola. Es ésta memoria representante de los nuevos caminos que ha dado la sociedad, es una memoria particular que ha acontecido el cambio, que ha vivido la revolución industrial.
Son imágenes que reflejan la vida agrícola, una familia, el padre, el hijo, las primeras migraciones del campo a la ciudad, y el descubrimiento de un nuevo mundo, el París del 68, el cigarrillo que nunca encendió.
Estas cajas levantan esta historia, dañada, usada y pasada. La imágenes de estas cajas son restos. Son imágenes que ya han sido transferidas a otro papel, y esa parte ya transferida es la que se ilumina ante el espectador. Para provocar en el una mirada, una contemplación hacia el pasado y despertar en él su propia memoria particular.