Eibar,1990.

La obra de María Romero Laspiur gira entorno al diálogo entre lo público y lo privado, de los momentos vividos y observados, de lo tangible e intangible, de lo person- al e impersonal. Habla de cómo en los detalles más íntimos, se encuentra lo universal.

Basada en un conocimiento puro del arte moderno, está influenciada por impre- sionistas, expresionistas europeos y por los expresionistas abstractos, dando lugar así a trabajos llenos de luz y color. Camina entre el gesto libre y la figuración, transmitiendo mucha fuerza, expresividad y carácter. Define trazos seguros, a veces acuosos, en otros viscosos, deja entrever una imagen sensual e insinuante. Su trabajo refleja un proceso que parte de la figuración y se adentra en lo abstracto, disolviéndose en atmósferas de colores y vuelve al punto de partida: la figuración.

Las obras nacen de pequeños bocetos o fotos que se utilizan tan solo como puntos de partida de las obras, empleándolas para determinar y recordar algunas formas en el proceso de la creación. No se trata de pintura o dibujos relacionados con el arte realista. Comparte muchos puntos en común con la pintura contemporánea de artistas como Marlene Dumas, Peter Doig o Elisabeth Peyton.

Siempre en constante evolución, su obra ha cobrado trascendencia con el paso de los años, siendo el año 2011 un claro punto de inflexión en el que sus trabajos se adentran en un terreno más sensible y personal.